Los que peregrinamos a San Nicolàs, depositamos a los pies de nuestra Madre, para que Ella eleve a Jesùs, a veces nuestra alegrìas, nuestros anhelos, nuestras esperanzas, nuestra fe en Cristo; otras veces nuestro corazòn dolorido, para que sane nuestras heridad, para que enjugue nuestras làgrimas, para que nos de fuerza para llevar nuestra cruz; esas cruz cargada de ingratitudes, de incomprensiones, de enfermedades, de necesidades temporales; cada cruz tiene lo suyo.
De todas las experiencias y emociones que vivimos en èste acontesimiento de gracias; de todos estos años que peregrinamos a San Nicolàs con los hermanos de Esperanza, Santa Fe, Santo Tomè, Cayastà, logramos unirnos como una familia, con amor fraterno, con inmenso cariño.
A toda esa gente maravillosa que ha peregrinado conmigo, les digo con todo mi corazòn que los amo con el amor de Jesùs y de Marìa y estoy segura que cada peregrino guarda en su alma, como en un cofre sagrado, las bendiciones, las gracias, los milagros recibidos por intermedio de nuestra Madre Celestial a quien hemos consagrado nuestra vidas.
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1 comentario:
Hola Yolanda, veo que tu blog no está escrito últimamente,estas haciendo otras cosas ???? te mando un beso edita
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